lunes, 1 de octubre de 2012

A mis amigos

A esta altura de mi vida quizás deba hacer terapia por esta cuestión de que pertenecemos a la generación que tenía un mandato prolijo: debíamos ser, y así lo intentamos, los mejores hijos, los más estudiosos, los más trabajadores, casarnos, tener hijos, criarlos, educarlos, casarlos y cuidarle sus hijos (nuestros nietos). Y ahora que ya hice casi todas esas cosas lo mejor que pude, no siempre tengo ganas de hacer lo que no me gusta, ni de escuchar los problemas de los demás. A veces, me siento mejor cuando estoy solo, hacer mucho deporte, mirar películas y leer un libro. Ya demostré, lo mejor posible, quien soy como persona. Lo que me queda de vida, intento que sea mío, disfrutándolo con lo que tenga ganas: viajando, tomando café con amigos, haciendo lo que me hace bien, así sea estar sin hacer nada una semana, ¿Por qué no? Me he dado cuenta que por más que los demás nos quieran mucho y seamos importantes para ellos, casi todos seguirán viviendo cuando no estemos. Por eso ya es tiempo de NUESTRO tiempo, y de dejar de rendir examen en tantos roles con que la vida nos puso a prueba. No pienso dar más examen de nada con nadie, eso incluye a mi familia y a mis amigos. Nosotros ya estudiamos, criamos hijos, trabajamos, cuidamos padres, casi siempre estuvimos presentes cada vez que alguien nos necesitó ¿acaso después nos van a hacer un monumento donde diga: “a un luchador, un ser ejemplar y virtuoso”? Y si de casualidad lo hacen, ¡estaremos bajo tierra! Somos una generación que rompió estereotipos, allanamos el camino a los que vinieron después. Por librar tantas batallas en soledad, por distintas razones, hemos sufrido tanto cada uno de nosotros. Por eso ya es hora de que empecemos a relajarnos y abrir nuestra cabeza, cuando tengamos ganas. No saben lo bien que se siente desahogarse de viva voz, respirar profundo en el parque Urquiza mirando el río. ¿Tendré que invertir en la terapia por sentir esto? ¿Vale hacerlo? Seguro que sí, pero iremos distendidos a conversar con alguien que sabe –quizás– más que nosotros. Muchas veces me planteo qué rápido pasó la vida, distraído como estaba, haciendo mil cosas, trabajando mucho para forjar un porvenir, no solo para mí, sino para nuestra familia. También me pregunto ¿cuánto nos queda de vida? No lo sabemos, por suerte nadie lo sabe. Si alguien lo sabe no lo conozco personalmente y si existe un ser superior que lo sabe, no tenemos acceso a él. Sí, veo todos los días que amigos, conocidos y personas públicas se van yendo de esta tierra, varios de ellos –a mi juicio- antes de tiempo, cuando mucho tienen por hacer o no hacer. ¿Algo cambiará en quienes nos quieren, cuando nos vayamos? No, la vida seguirá igual en nuestra ausencia y de última dirán: “el viejo estaba un poco loco el último tiempo”. Mis queridos amigos, cuídense, no se repriman, aprendan a decir NO cuando quieran decir NO. Si es necesario, y siempre para bien de nuestra salud mental, aprendan a mandar al diablo a la gente que no sirve para nada (eso sí, con elegancia es mejor). Ya es hora de discernir a quien le hace bien mi amistad, mi cariño, mi compañía, y quien me busca solo para llenar su aburrimiento o descargar su neurosis. La vida está llena de gente egoísta que solo se satisface a si misma usando a los demás de distintas maneras y para diferentes propósitos. Huyamos de esos émulos de vampiros que nos chupan la energía para seguir subsistiendo y juntémonos, cada vez que podamos, con aquellos que nos hacen reír. Practiquemos nuestra merecida libertad, ya sea quedándonos en la cama todo un día, viendo por TV lo que se nos ocurra, o si quieren, leyendo revistas de todo tipo. Qué placer caminar sin apuro ni rumbo fijo y detenernos en cualquier lugar que nos llame la atención. Por favor visitemos más seguido a las amigos positivos, vayamos a lugares nuevos, escuchemos más música, también hacer teatro, bailar, cantar, aprender idiomas, jardinería, jugar al ajedrez, al dominó y lo que más nos guste! Todo sirve y es válido para hacernos sentir bien. Lo que nos quede de vida que sea viviéndola cada día como queremos y en plenitud. Y no se olviden queridos amigos de tener una actitud plena y muy intensa en todas sus sensaciones y sentimientos hasta nuestro último día de vida… Nota: un queridísimo amigo me envió estas palabras que ahora comparto con ustedes. No se de quien es...

martes, 29 de mayo de 2012

WHAT ARE YOU DOIN’ DARLIN?

Nota: Esta es una carta que me escribió mi hija antes de irse un año a estudiar fuera. Es una reproducción fiel sin editar. La imagen de la V de victoria es un chiste privado entre mi hija y yo. Me imagino por eso la puso.
Hola Daddy. Posiblemente cuando leas esto yo ya esté peleándome con el chino en el aeropuerto o algo por el estilo… FAIL... No creo, porque ALGUIEN me hizo un súper powerpoint de cómo demonios poder viajar sola y sin ningún problema. Bueno primero que nada gracias por esta oportunidad que tu y mamá me pudieron dar, han cumplido uno de mis múltiples sueños dorados… Se les agradece mucho eso. Segundo que nada, gracias por ser el mejor papá del mundo y preocuparte tanto por una oruga like me… A veces te saco de quicio ya lo se, pero pues FAIL I’M A TEENAGER , normalmente eso hacemos nosotros. Te voy a extrañar mucho, aunque luego empieces con tus cursilerías de que no nos vas a voltear a ver, no nos quieres & MORE., pero si los extrañaré... Ya los extraño de hecho nada más que no lo demuestro. Ni en Wisconsin ni la gran China alguien podrá tener al mejor papá del mundo... por que lo gané YO. Soy demasiado mucho muy afortunada de tenerte Papi, ¡y lo sabes! Se que siempre estarás conmigo y me apoyarás en las múltiples decisiones de mi vida, Porque me quieres… y yo a ti, pero más. Pero no te preocupes, en 10 meses volverás a tener a esta pulga de nuevo en tu casa, pero estará mas crecida, bonita y con un habla de inglés más mejor. No te cambio por nada papito, porque eres alguien muy especial para mí, que me ha demostrado y enseñado muchas cosas para ser feliz en la vida.. Gracias por ser mi papá. P.D : I feel this song you wrote it for me darling.- never gonna be alone- Nickleback. Te amo papa.

lunes, 30 de enero de 2012

Mi familia, ha llegado!!!


Autor: Anónimo

Me encontré de pronto acompañado únicamente de mi esposa, sentados a la mesa, los dos solos.

En ese instante, no sé de qué forma vinieron a mi mente mis padres.

Cuando joven, al llegar las fiestas navideñas, las posadas, las reuniones con los amigos y demás, optaba siempre por asistir a estas reuniones en vez de pasar con mis padres.

Mi padre, siempre quiso que toda la familia, al menos el día último del año, la pasáramos juntos.
Siempre nos decía, recuerdo ahora, que dividiéramos las dos fechas.

Los que ya estaban casados, pasaran la Nochebuena en casa de sus suegros, y los aún solteros, con los amigos.
Lo único que nos pedía era que el día último del año lo esperáramos con él y con mi madre
¡Nunca se lo pudimos cumplir!

Mis hermanos ya casados, nunca pudieron. Siempre alegaron que estaba muy retirada la casa de sus respectivos domicilios, que era muy fría la noche, en fin, siempre excusas. 
Los solteros, preferimos siempre salir con los amigos para platicar, bailar, divertirnos y beber. 

¡Siempre preferimos estar con otras personas, pero no con nuestros padres! 
Nuestras atenciones y afecto eran para otras personas.

Una noche de diciembre, mi hermano mayor nos convocó a todos los demás, para hacernos saber, que deberíamos pasar más tiempo con nuestros padres, ya que nunca después de haberse casado los mayores, habían pasado un fin de año con ellos.

Yo creo ahora, que mi hermano estaba pasando por lo mismo que mis padres, ya que sus hijos mayores, empezaban a pasar estas fechas con sus amigos, y él y su esposa pasaban ya sus dos primeras noches de fin de año solos.
Todos estuvimos de acuerdo en que pasaríamos el 31 de diciembre de ese año, en casa de mis padres.

Mis padres se pusieron muy felices! 
¡Mi padre le dijo a mi madre, que sacara las ollas grandes para preparar una gran cena! 
En la casa todo era felicidad.

Mi padre se acercó a mí y dijo: 
"Estoy muy feliz hijo, porque por fin voy a tener a todos como cuando eran pequeños, sentados en la mesa de la casa.
Quiero ver a mi hijo el mayor a mi derecha y a ti a mi izquierda por ser el más pequeño.

Tu madre estará en el extremo opuesto y tus hermanas a su derecha excepto tú, que estarás junto a mí".
Se le veía tan feliz, que me dio un abrazo...el cual sentí tan lleno de amor que quise llorar.

¡Todo estaba listo! 
Eran las 7:00 p.m. y les dije a mis padres que iría a comunicarles a mis amigos que no pasaría el fin de año con ellos sino con mi familia.
Mi padre dijo:
¡Haces bien hijo, para que no te vayan a esperar!, y me dio una palmada en el hombro y me brindó una bella sonrisa.

Cuando salí me esperaban dos de mis amigos a los que les comenté lo que habría de hacer esa noche.
Mis amigos me dijeron, que por lo menos brindara con ellos antes para que así ellos sintieran que estaba ahí en el grupo.

Ese brindis se alargó hasta casi antes de la media noche, tiempo en el cual, pensé muchas veces que en mi casa habrían de estar mis hermanos y hermanas con mis padres,  
¿y yo?, acá sin cumplir lo que había prometido a mis hermanos sobre esa noche. 

Ya un tanto arrepentido por no haberme ido de inmediato, me retiré sin siquiera avisarles a mis amigos, presentía que me habría de recibir un buen regaño por parte de mis hermanos y ver el rostro de mis padres, enojados conmigo.

Cuando iba llegando a casa, no percibí alboroto alguno de parte de mi familia, pensé que por estar fría la noche se encontrarían al interior de la casa con mis padres. Entré por la puerta de atrás para no ser tan obvio, al menos si me preguntaban diría que estaba dormido, así que no habría ningún problema.

En verdad, ahora que lo recuerdo, una lágrima se desborda de mis pupilas.
Cuando abrí la puerta no oí ningún ruido, sólo escuché la conversación de mi padre con una voz quebrada por el llanto diciéndole a mi madre: 
¡Vieja, no vino nadie, ni siquiera el menor de mi hijos está con nosotros! 

¿Qué hemos hecho con nuestros hijos que ahora no quieren estar aquí, con nosotros?
Con nosotros, con sus propios padres, en esta casa que construimos para ellos con todo nuestro amor, esfuerzo y trabajo
¿Por qué no nos pueden dedicar un día?...,
si nosotros les dedicamos toda nuestra vida".

Se oía una onda tristeza en sus palabras, que no tuve valor ni siquiera para acercarme.
Seguí oyendo a mi madre que le contestó con unas palabras que aún retumban en mis oídos.

"¡Viejo, no te preocupes!  
¡Mira los padres tenemos que entender que sólo estaremos en el pensamiento de los hijos cuando están pequeños!  
Pero cuando crecen, ese pensamiento lo ocupan en otras cosas y personas como  la escuela, sus tareas, la diversión, sus amigos, las fiestas y después en el noviazgo, el trabajo, la esposa, sus propios hijos. 

Sus ocupaciones y preocupaciones son otras...
y nosotros no somos parte de ellas. 
Quédate tranquilo 'Viejo'...  
Lo que les dimos e hicimos fue por amor. 
¿Tú crees que preferirían pasar la noche de fin de año con un par de viejos que ya no pueden bailar, que ya no tienen gracia para nada?, que se cansan de todo... 

¡Anda, anímate...!  
¡Mira, voy a poner los 10 platos sobre la mesa, y al que vaya llegando le iremos sirviendo!"

Sentí un nudo en la garganta enorme que no me dejaba respirar, me sentí tan desagradecido, tan mal hijo, tan avergonzado conmigo mismo,
¿cuánto tiempo le he dedicado a otras personas y actividades nada importantes comparadas con mis padres? 
¿Cuántas veces he dejado de abrazarlos, besarlos y decirles cuanto los amo porque estoy tan ocupado?

Salí de donde estaba y abracé a mi padre y le pedí perdón, luego fui con mi madre, y le besé sus manos y me arrodillé, ella me acariciaba los cabellos mientras mi padre se secaba las lágrimas y dándome la mano me sentó a su derecha y dijo: 
"¡No es necesario que estén todos, uno solo representa a los demás. ‘
Vieja', sirve la cena! ...
¡QUE MI FAMILIA HA LLEGADO!"

Hoy mis hijos no están conmigo y en mi mesa están los dos platos servidos, en cuanto llegue uno, tan solo uno, entonces mi familia habrá llegado.

¡Aprovechen a sus padres en vida!...
¡No los descuiden, que cuando no los tienes quisieras un solo minuto para poder abrazarlos y decirles cuanto los amas! 

Un día, cuando mis hijos estén crecidos lo suficiente para entender la lógica que motiva a los padres y a las madres, yo habré de decirles:
“Los amé lo suficiente como para haberles preguntado a dónde van, con quién van y a que hora regresarán.”